Transferencia
Tras nuestro traslado de Punta Cana a Bayahibe, comenzamos el día con una taza de café, rebosantes de expectación mientras subíamos al autobús con destino al Parque Nacional. No tardamos mucho en llegar a nuestro destino, ¡y ahí empezó de verdad nuestra aventura!
Nos embarcamos en un sendero que nos condujo a través de una densa selva tropical, un paraíso repleto de impresionantes plantas y revoloteantes mariposas. Nuestro guía, que hablaba un holandés impecable, compartió con nosotros fascinantes conocimientos sobre la historia del parque y los vestigios de los indios taínos.
Al final del sendero, descendimos a una cueva armados con nuestras fieles linternas y descubrimos un lago subterráneo de agua dulce. Era sencillamente impresionante y nos proporcionó un bienvenido respiro del calor tropical.
Río de Chavón
Mientras volvíamos sobre nuestros pasos hasta el autobús, emprendimos un corto viaje hasta el punto de partida de la balsa que nos llevaría a través del Río de Chavón. Las vistas eran absolutamente impresionantes, y saboreamos cada momento con una bebida refrescante en la mano. Las frondosas orillas estaban repletas de vida selvática tropical, e incluso avistamos varias aves, entre ellas unas formidables rapaces que planeaban sobre nosotros.



Almuerzo
Al llegar a la orilla del río, una familia local nos había preparado un delicioso almuerzo tradicional, y el postre de fruta fresca fue una delicia. Los que quisieran relajarse podían hacerlo en un jacuzzi con magníficas vistas al río.
Caminata
A continuación, nos explicaron brevemente cómo se procesan el cacao, el café y la caña de azúcar, acompañados de deliciosas degustaciones, ¡simplemente irresistibles! Emprendimos una corta caminata por los huertos, donde nos maravillamos con la variedad de frutas que se cultivan aquí, y finalmente ascendimos a un mirador que ofrecía vistas panorámicas y un emocionante cruce por un puente colgante.
Para los entusiastas de la energía entre nosotros, nos esperaba una breve excursión en canoa de vuelta a la balsa, que nos permitía navegar por el río o incluso columpiarnos de las lianas como Tarzán o Jane.
Balsa
Nuestro viaje concluyó con un paseo de vuelta en balsa hasta donde nos esperaba nuestro fiel autobús. De vuelta en Bayahibe, hicimos una parada en un Colmado local, donde disfrutamos de una refrescante cerveza y tuvimos la oportunidad de comprar algunos recuerdos.
Finalmente, subimos al autobús para nuestro traslado de vuelta a Punta Cana, atesorando los recuerdos de un día lleno de acción e ilustración. No podríamos haber pedido una aventura más satisfactoria.
Escrito por Kim
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